Pocas posiciones en el beisbol exigen una fortaleza espiritual tan descarnada como la del cerrador. El oficio no se limita a la precisión del repertorio; es, sobre todo, el arte de domar el vértigo, de enfrentar en soledad el silencio interior mientras el estadio entero clama por un desenlace.
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Andrés Muñoz ha hecho de ese precipicio su territorio: con apenas 26 años, el sinaloense se consolidó esta temporada como uno de los brazos más confiables en las Grandes Ligas y alcanzó una vez más la categoría de All-Star con los Marineros de Seattle.
Climbing the charts 📈
Andrés Muñoz has the 5th-most saves in franchise history 🔥 #TridentsUp pic.twitter.com/z5WE6JDh03
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Pero detrás de cada salvamento hay un universo más íntimo que rara vez se exhibe en la fría aritmética del box score. Muñoz posee un brazo poderoso que alcanza con sus rectas las 102 millas.
Sin embargo, cree que el control mental es más importante que la velocidad. En esta conversación desvela lo que significa convivir con la incertidumbre en el montículo, la soledad del bullpen, el aprendizaje tras una cirugía que redefinió su carrera y la convicción de que el éxito, más que en los números, se cifra en la serenidad interior.
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Sports Illustrated: Andrés, esta ha sido tu mejor temporada en cuanto a números. Superaste tus juegos salvados de la temporada pasada y fuiste seleccionado al All-Star Game. Para ti, ¿qué determina el éxito en una temporada? ¿Te dejas guiar mucho por los números o le das valor a otros aspectos tal vez más personales?
Andrés muñoz: Le doy más valor a cosas personales, a sentirme bien. Ha habido temporadas en las que no he tenido mis mejores números, pero la confianza que tenía en mí cuando me subía a la loma… Me sentía mejor, a pesar de que mis números no lo decían o no eran tan buenos como este año. Sentía todos los picheos en control. Es algo que este año no he tenido tanto.
SI: ¿Cuál fue entonces ese año?
AM: El 2022. Yo recuerdo que el slider nomás lo tiraba… la recta nomás la tiraba… (sonríe). Y era cuestión de confianza, nada más. Sentía que el slider lo tenía consistente. Y, obviamente, sigo trabajando para volver a esa etapa en la que me sentía confiado con ese pitcheo. Ahorita no lo siento tanto, pero sí creo que sigue estando muy bueno. Es cuestión de seguir tirándolo.
SI: ¿Qué crees que define a un cerrador estelar en la MLB? ¿Su repertorio? ¿O el dominio emocional que tiene bajo presión?
AM: El dominio emocional, 100 por ciento. El repertorio, prácticamente todos los pitchers lo tienen, porque por algo llegaron a las Grandes Ligas. Lo principal es cómo lo manejas mentalmente, porque es muy fácil que te gane la presión y te pierdas. El juego uno a cero, la presión a todo lo que da. A una persona sin tanta experiencia le va a dar miedo entrar en la zona porque sabes que no te puedes equivocar. Tienes que saber también qué cosas tienes capacidad de hacer y qué cosas no.
SI: En una charla con Félix Hernández mencionaste que todo es más fácil cuando el primer lanzamiento es un strike, ¿pero qué pasa cuando las cosas no empiezan bien?, ¿cómo mantienes o intentas mantener la calma?
AM: Yo hablo solo. Uno lo ve de fuera y a lo mejor piensa “este vato está loco”, pero yo trato de motivarme. No sé, cositas sencillas como “vamos, vamos por el medio”, te ayudan en momentos de mucha presión. Qué más quisiera yo, llegar y sacar los tres outs de una. Pero la mayoría de las veces no va a pasar así y la mayoría de los cerradores te lo van a decir. Nunca va a haber una salida fácil, o muy rara vez. Uno no se puede relajar ni se puede confiar de más, pero tampoco se puede presionar de más.
Bringing the heat to the A 🔥
Andrés Muñoz is an All-Star for the second year in a row! #TridentsUp pic.twitter.com/ky3v9n6rVk
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SI: Te sometiste a una Tommy John en 2020, ¿crees que la mejor versión de Andrés Muñoz fue antes o después de la cirugía de codo?
AM: Después, porque me dio tiempo para prepararme. Muchos dicen que la Tommy John puede hacer que tires más duro, pero yo siento que no es eso. Como pitcher, uno nunca tiene un año completo, o más, para prepararse al 100 por ciento. Y esa es la única oportunidad que tienes. Yo me preparé prácticamente durante dos años. Cuando volví, no era que tenía más fuerte el codo o que mis músculos cambiaron, simplemente, me dio más tiempo para trabajar mejorar las cosas que tenía que mejorar.
SI: Me parece que eres una persona un poco reservada. ¿Cómo logras sobrellevar el hecho de estar siempre bajo el escrutinio de los fans, de la prensa? Que te pidan fotos, autógrafos…
AM: Me veo tímido, pero no soy. Me da mucho gusto cuando los fanáticos me reconocen y me piden fotos. Trato de dar el mayor tiempo posible para firmar, a los niños, principalmente. Porque uno está aquí por los fanáticos, entonces uno tiene que darse el tiempo de responderles y estar para ellos. Si no fuera por ellos, uno no estaría aquí.
SI: Cuando sales al montículo es impactante en el estadio. Hay música, luces, los fanáticos de pie… ¿Cómo te sientes cuando suena “Pepas”, de Farruko, en el T-Mobile Park?
AM: Cuando estamos en casa me ayuda mucho porque se siente esa adrenalina. Uno entra motivado, con ganas de terminar el juego, o si va empatado, de salir del inning. Cada vez que entro trato de dar el 100 por ciento. Muchas veces salen las cosas, otras no, pero lo principal es saber que diste todo.
SI: ¿Tú elegiste la canción?
AM: No, yo no la elegí.
SI: ¿Pero te gusta?
AM: Sí me gusta. Yo elegí “El trabajo es la suerte” (Banda MS), pero como me iban a poner a cerrar los juegos, el equipo quería algo que prendiera más a la gente… y eligieron esa canción. Yo dije, bueno, pues dale.
SI: ¿Qué piensas cuando sales del bullpen hacia el montículo y ves todo el estadio de pie, un estadio por el que pasaron leyendas como Ichiro Suzuki, Randy Johnson, Edgar Martínez?
AM: La verdad intento no pensar en nada de eso. Si empiezas a ver alrededor, sientes más presión encima. Trato de hacer un túnel, una sola vista. Primero miro al umpire, porque es lo que está enfrente. Trato de mirar solo donde voy a correr y en cuanto llego a la loma, mirar simplemente al catcher. Evito voltear para los lados. A veces lo hago, pero sin poner atención a qué hay alrededor, porque si uno se pone a ver todo el estadio, se siente una presión impresionante.
SI: Siempre que cierras con éxito un juego ves al cielo y murmuras algo. ¿A quién le hablas y qué dices?
AM: Le doy gracias a Dios. Es lo principal para mí después de terminar un juego. Y, algo que ya es más personal: mi abuelo fue el que me enseñó todo lo que tenía que saber de beisbol y en 2021 falleció. Entonces lo hago para sentir que está ahí conmigo. Y la verdad, siempre que lo hago, lo siento así.
SI: ¿Qué sería más importante para ti en este momento de tu carrera: ganar con México en un Clásico o una Serie Mundial con los Mariners?
AM: La verdad, no sé. Obviamente, me encantaría ganar con México, es uno de mis sueños. Yo creo que elegiría ganar con México. Pero, al mismo tiempo, pertenezco al equipo de los Marineros, entonces también me encantaría… Si se pudieran las dos, pues mejor.
SI: Este año podrías llegar a la agencia libre, aunque los Mariners tienen opciones del club para 2026, 2027 y 2028. ¿Has estado en pláticas con el equipo?
AM: Todavía no se ha tocado el tema. Tendremos que esperar al final de la temporada para saber, pero eso se lo dejo a Dios.
SI: ¿Te gustaría quedarte con los Mariners?
AM: Sí, me encantaría quedarme con los Mariners.