Sinéad O’Connor ha muerto a los 56 años.
“Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Sinéad. Su familia y amigos están devastados y han pedido privacidad en este momento tan difícil”, dijo su familia en un comunicado a la BBC. Billboard se ha puesto en contacto con sus representantes.
Con su cabeza rapada, sus ojos penetrantes y su porte fiero, O’Connor irrumpió en la escena musical a finales de la década de 1980, sirviendo como reprimenda a los tropos sexistas que dominaban la escena del hair metal de la época. Desde las primeras notas de su debut en 1987, The Lion and the Cobra, que grabó embarazada de su primer hijo a los 20 años, dejó entrever una audacia que distaba del típico molde de las estrellas pop femeninas.
A través de su mezcla de rock (“Mandinka”), hip hop (“I Want Your (Hands on Me)”) y baladas intensas (“Jackie”), O’Connor emergió como una fuerza a tener en cuenta con su poderosa voz, un aullido inquietante lleno de dolor y misterio por momentos, y una armadura de acero en otros. Despreocupada por los adornos típicos del estrellato pop, la imagen pública de O’Connor — la cabeza rapada, el vestuario desgarbado y la curiosa mezcla de dance, rock, folk, baladas irlandesas y tropos devocionales — fue un éxito instantáneo en la radio alternativa y los clubes de baile, donde los remixes de “Mandinka” y “I Want Your Hands (On Me)” se convirtieron en canciones esenciales para muchos DJs.
Aunque su debut generó elogios a ambos lados del Atlántico, fue I Do Not Want What I Haven’t Got de 1990 el que supuso el punto álgido y decisivo en su carrera. Con el éxito arrollador de su apasionante versión de “Nothing Compares 2 U” de Prince, y el escalofriante video del tema, la cantante pasó a ser centro de atención internacional, un lugar en el que a veces parecía sentirse incómoda. El álbum dejó al descubierto sus luchas personales y sus sentimientos de pérdida de forma impactante, entrelazando las palabras de un poema de Frank O’Connor con melodías celtas y un sample del beat de “Funky Drummer” de James Brown en la inquietante “I Am Stretched on Your Grave”.
Mientras tanto, alcanzó la cima del pop (“The Emperor’s New Clothes”) en medio de la confusión personal y abordó desgarradores dramas de la vida real (“The Last Day of our Acquaintance”), al tiempo que mezclaba un canto fúnebre de seis minutos a capela y una elegía premonitoria por la muerte de un joven negro londinense a manos de la policía.
Incluso cuando su estrella iba en ascenso, O’Connor se negó a entrar en el juego de la industria musical, defendiendo polémicamente en entrevistas las tácticas a veces sangrientas del Ejército Republicano Irlandés, arremetiendo contra U2 (sus fans de toda la vida), y negándose a actuar en Saturday Night Live en mayo de 1990 junto el cómico Andrew Dice Clay. Unos meses más tarde provocó la ira de Frank Sinatra cuando se negó a presentarse en un local de Nueva Jersey al enterarse de que el himno nacional sonaría antes de que ella subiera al escenario. Esto llevó a algunas emisoras a retirar su música de la radio y a que Sinatra amenazara con “kick her in the a–” (“darle una patada en el cu-“).
La polémica continuó dos años más tarde, cuando O’Connor fue invitada de nuevo al programa SNL, donde interpretó una versión a capela de “War” de Bob Marley y, para sorpresa de los productores, miró fijamente a la cámara al final de la canción, rompió una foto del papa Juan Pablo II y dijo “lucha contra el verdadero enemigo” como protesta contra el encubrimiento por parte de la Iglesia Católica de los abusos de menores a manos del clero. O’Connor diría más tarde que sufrió abusos de niña.
Sinéad Marie Bernadette O’Connor nació el 8 de diciembre de 1966 en Glenageary, condado de Dublín (Irlanda), hija de Sean y Marie O’Connor, que se separaron cuando la cantante tenía 8 años. A lo largo de los años afirmó que ella y sus dos hermanos sufrieron maltratos físicos cuando se fueron a vivir con su madre tras el divorcio. Su adolescencia transcurrió entre reformatorios e internados por hurtos en tiendas y otros malos comportamientos, y su descubrimiento a los 15 años por el baterista del grupo irlandés Tua Nua, que la oyó cantar “Evergreen” de Barbra Streisand en una boda.
O’Connor estudió canto y piano en la Universidad de Música de Dublín antes de trasladarse a principios de la década de 1980 a Londres, donde colaboró con el guitarrista de U2, The Edge, en una canción para la banda sonora de The Captive de 1986.
Su carrera estuvo marcada por la imprevisibilidad, incluido su álbum de estándares pop de 1992 Am I Not Your Girl?, que no alcanzó el éxito de sus predecesores, y marcó el inicio de un lento declive comercial. Tras el incidente del SNL — y otro poco después en el que fue abucheada en un concierto tributo a Bob Dylan en Nueva York — pasó varios años en un segundo plano y reapareció en 1994 con el infravalorado Universal Mother, que incluía una conmovedora versión de Nirvana (“All Apologies”) y varias canciones que dejaban brutalmente al descubierto su feroz empeño en proteger a los niños de madres peligrosas.
Los años siguientes incluyeron historias sobre su retiro, una prohibición permanente de hablar con la prensa, un regreso a sus raíces folk irlandesas en Faith and Courage (2000) y Sean-Nós Nua (2002), un desvío a versiones de canciones reggae en Throw Down Your Arms (2005) y la colección Theology (2007). El último álbum de O’Connor, I’m Not Bossy, I’m the Boss de 2014, fue muy elogiado por su regreso a una composición honesta y cargada de emoción y por su estilo pop único.
O’Connor fue muy abierta sobre sus problemas de salud mental, que incluyeron un diagnóstico erróneo de trastorno bipolar, más tarde modificado a TEPT, incluyendo depresión y tendencias suicidas, y que llevaron a la cancelación de una gira en 2012 después de que un médico le ordenara reposo tras lo que se describió como un “colapso muy grave.”
En enero de 2022, la cantante sufrió una pérdida enorme cuando su hijo de 17 años, Shane, fue encontrado muerto en Irlanda después de que ella reportara su desaparición a las autoridades. La cantautora tuiteó entonces: “La luz misma de mi vida, decidió poner fin a su lucha terrenal hoy y ahora está con Dios. Que descanse en paz y que nadie siga su ejemplo. Mi bebé, te amo tanto. Por favor, descansa en paz”.
La sobreviven tres hijos.